Se "comieron" al Estado, por Leonor Antillón
Caminante, SI no hay camino, se hace camino al andar…
Siendo pequeña, usaba unos zapatos que me "comían" las medias y los detestaba, porque no podía caminar bien. Recuerdo también a don Oscar joven caminando por la playa del Coco, en sus zapatos bostonianos, (los labrados) sin medias y sin molestias. Los dos
éramos jóvenes y estudiamos leyes, yo crecí creyendo que había que respetarlas y seguirlas, no sé él.
Ahora, que ambos hermanos, con sus acólitos del TSE, la Corte y la Asamblea, se han terminado de "comer" al estado costarricense, somos nosotros, los ciudadanos, lo que no podemos caminar bien, porque, acostumbrados a una democracia que hacía camino,
respetando nuestros derechos ciudadanos, permitiéndonos vivir en un estado que garantizaba el acceso eficaz a la justicia y al debate, sufrimos ahora la pesadez e inseguridad del caminar.
La alternativa entonces, es hacernos camino al andar, como dice el verso.
Porque, el Estado que se "comieron", ha sido sustituído por una empresa, con réditos para unos pocos. La justicia es una ilusión, donde la razón legal no cuenta, sino el interés preestablecido del juzgador. Los derechos ciudadanos están a la orden de los intereses del gobernante, el que se ve y el invisible, que mueve sus hilos poderosos desde fuera. Si no lo ve ahora, lo sentirá muy pronto. Ya hay muchos pobladores de algunos cantones "ricos" y "pobres", que lo estamos sintiendo. No se resuelve nada a favor del habitante sin las influencias de quienes manejan los intereses oficiales, o viene cargado de poder (estudie el caso de Alterra, como ejemplo). La
corrupción ya no es tema importante, porque siendo nuestro pan cotidiano, se convirtió en normalidad.
La inseguridad ciudadana, que cada día se acrecienta más, es el resultado del abandono social de los marginados, porque los pobres se mueven para arriba o para abajo, al antojo del momento de la encuesta, que se amaña para el gobierno, porque son magros los
programas de verdadera erradicación de la miseria económica, social y educativa. Así no se puede pretender no tener asaltos, crímenes y personas que ven en el sicariato, la solución de sus problemas. La gente cada vez más cree que hay que defenderse como sea, ya no cuentan con la justicia ni la maquinaria estatal, porque está fallada. Y el clientelismo político sigue haciendo estragos en la administración pública.
Entonces se recurre al anuncio publicitario, que resuelve el momento con un cuento chino color rosa, donde el gobierno o sus instituciones, hacen maravillas y se arrogan la obra de otros como propia y venden su buena imagen, bien maquillada. Y así pasa el tiempo, nada cambia para bien del pueblo -que existe sólo para pagar- y el costo de la vida va en aumento, pagamos por las malas carreteras, los huecos, las presas, los choques, las filas, la mala atención en la Caja, y el ciudadano común soporta…y también paga por la desinformación manipulada por el gobierno, para que los incautos y soñadores piensen que todo va muy bien, aunque el dinero no alcance.
Y éste es el punto crucial: si permitimos que se oculte la verdad de lo que pasó en el referéndum y que se convaliden las nulidades, por el simple paso del tiempo y, con esta actitud se dé vía libre a todo lo que se quiera disponer al respecto, estaremos abriendo más la
herida (eso, precisamente, ha hecho el PAC, y lo está pagando caro), porque lo que cura las heridas históricas, como ésta, es la transparencia de la verdad.
Un gobernante demócrata, no puede serlo, si no respeta la certeza y su transparencia sin reprimir a sus opositores, cosa que no pueden hacer los Arias, que cada vez se enredan más en sus falsedades, eso no es democracia, ni aquí hay paz, sino cuento chino.
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