6.10.07

Este momento, por Catalina Murillo


Costa Rica ha crecido políticamente. Se nota. Y crecer duele y asusta. Estamos siendo obligados a ver muchas cosas de nosotros mismos. Ya no es “la fiesta” de las elecciones presidenciales, donde una campaña hasta pretendió sostenerse a base de chistes. Ahora estamos mirando de cerca la catadura moral e ideológica de tanta gente que nos rodea. Es duro, pero hay que tomárselo como un saneamiento.

Este referendo, en sí, nos honra. Pensemos en este desdichado continente, con tantos de sus países gobernados por charlatanes con ánimo de dictadores, y enorgullezcámonos por ser llamados ahora a votar. “El país está dividido”, dicen algunos asustados. Claro que está dividido, y no en dos partes, sino en muchas: para eso hay democracia, para intentar que convivamos en la diferencia.

“Hay crispación”, dicen otros, también asustados. Bueno, hace rato no nos preguntaban nada tan serio, hace rato no había tanto en juego. Si estamos crispados, hay una buena noticia: era un mito que los ticos tenemos sangre de horchata. Si sabemos sobrepasar esta crispación, nuestra democracia y nuestra paz de verdad habrán crecido.

Vayamos a votar. Votando estamos diciendo que somos políticos, que nos preocupamos por la vida en sociedad, que esto no es solo un asunto comercial. La pregunta es política. La respuesta también.

1 koment:

alujihi tha...

Hoy lunes los huesos están doliendo, como en los mejores octubres de mi adolescencia ya pasada. Pero veo esperanza en el camino y mucha madurez. Tenés razón, crecer duele, pero fortalece. Saludos Cata.