7.8.08

¡Capitán, el barco hace aguas! , por Isabel Ducca




¡Capitán, el barco hace aguas!, hace días se lo vengo repitiendo y usted no me hace caso. ¡Se lo dije desde el 6 de febrero del 2006: "Capitán, eso no se hace". Después le llamé la atención el 8 de mayo: "¡Fíjese lo que está haciendo! Un Premio Nóbel de la Paz, poniendo policías y cordones alrededor suyo. Eso no rima. No es un buen síntoma. Nunca se había dado una manifestación tan grande de rechazo a un presidente apenas entrando". Y usted como si hubiera hablado con la pared. No he podido hacerme entender en todos estos años.

Le advertí claramente: "¡Cuídese! Los están asociando muy rápido con los hermanos Tinoco". Puse el grito en el cielo cuando fue a majarle los talones al Papa: "¡Uy!, ¿pero dónde dejó la diplomacia y el respeto a la figura de autoridad? Este capitán que se cree por encima del Papa y de los Diez Mandamientos". Ya cuando fue a Colombia y a Chile, me quedé sin habla. Armar la que armó con el canciller cubano. ¡Por mi madre!, qué se está creyendo este capitán que se puede dar un pulso con Cuba o con Fidel Castro, pensé para mis adentros y nuevamente silencio. A veces me trago las palabras, pero cada cierto tiempo vuelvo a intentar a ver si entra en razón.

Cuando lo del Referéndum, volví con la cantaleta. Hay asuntos que ni Maquiavelo hubiera aconsejado. ¡Un embajador republicano haciendo campaña pro TLC y usted acompañándolo con un orgullo, como si estuviera haciendo un acto patriótico al estilo Juanito Mora! Ya cuando se pierde el pudor político, no queda nada; ni se diga cuando salió con lo de las motos BMW y los Mercedes Benz. Pensé, para mis adentros, este capitán en qué estará pensando, eso se recordará dentro de diez generaciones. Y no es cuento, cada vez que alguien oiga hablar del capitán, va a preguntar: "¿De verdad, no me estás vacilando? ¿De verdad, dijo eso?" Por ahí circula, a mí me ha llegado como diez veces, la carta de un tal Pagura, pidiendo su Mercedes Benz.

¿Sabe lo que oí un día por ahí?, - usted está enterado de que yo acostumbro a darme las vueltitas por el cuarto de máquinas para escuchar lo que dicen los trabajadores - mejor ni se lo digo, porque va a creer que es una falta de respeto y yo no quiero faltarle al respeto. Lo que yo deseo es que cambie de rumbo porque vamos a darnos contra el iceberg y usted no lo quiere aceptar. Usted alardea de sus asesores y de esas cabezas pensantes pero hacia dónde va este barco. Vamos para una hambruna que no será de vacas flacas, será de sufrimiento y enfermedades para los costarricenses. ¡Claro! Los pensantes reflexionaron mucho en cómo ganar ellos sus millones, pero a costa del hambre, la salud y la educación. Me atrevo a contarle lo que escuché: que usted es un Robin Hood al revés, total ya está enojado.

¡Qué delfines fue a escoger! Le dije, le repetí, le aconsejé, se lo escribí en mandarín para estar a la moda, se lo garabatié en inglés y en francés para ver si entendía los lenguajes de la ONU, que se deshiciera de ciertas malas sombras. A esos delfines usted los puede querer mucho y verlos como a sus auténticos discípulos, pero que los guardara por lo menos por un tiempo. Pero no, ahí están robando cámaras. Cada aparición de un delfín es un capítulo más para ese libro que va construyendo la historia poco a poco, proceso por proceso.

Capitán, usted ya no va a pasar a la historia como Premio Nóbel de la Paz. Ya circula en esa página de Internet, Wikipedia, todo lo que ha hecho y no debía hacer. Usted puede engañar al pueblo un rato, un ratote; puede meter miedo, como lo logró con el Memorando y la campaña. Puede llamar a la Casa Blanca y alcanzar todo lo que obtuvo. Pero, Capitán, por favor, entienda, la historia es implacable. Vea como se recuerdan Pinochet, Videla, Menem, Somoza. Yo creo que de Somoza ni los parientes más cercanos hablan de él. Capitán, la historia ya recogió lo que dijo Vinicio Cerezo a la prensa en el año 2007. Capitán, ya se lo voy a decir abiertamente: "Usted va a pasar a la historia como el que destruyó a Costa Rica, a la Suiza centroamericana, a la democracia centenaria". Yo sabía que se iba a enfurecer conmigo por decírselo, pero era mi deber hacerlo.

¿Que cómo se me ocurre hablarle así? Capitán, entienda, usted no está solo en el mundo. Sí, yo sé que ahora sus compinches son esos centroamericanos que le ayudaron tanto en la campaña y que le debe el triunfo del TLC a Bush y sus secuaces. Pero en este país hay todavía estudiosos del Derecho Constitucional y vienen afirmando y demostrando una y otra vez que usted rompió el Estado de derecho. Usted, Capitán, está muy satisfecho con sus triunfos porque ha hecho lo que ha querido con la ley y sólo le ha faltado afirmar para que lo escuche el mundo entero: La ley soy yo. Sin embargo, Capitán, acuérdese de mí que se lo advertí con tiempo, Fujimori disolvió el parlamento en Perú y nombró su propio parlamento y qué… Dígame quién es ahora Fujimori. Se lo digo, aunque me eche del barco y me mande a nado: Fujimori es un delincuente internacional.

Capitán, el barco hace aguas, entienda, por favor, que ya hasta su propia tripulación se está ahogando. Nadan como pez en el agua en el dinero que debía ser de los pobres, pero no saben cómo sortear las tempestades y las tormentas marinas. Capitán, para llevar un barco a buen puerto hay que saber algo más que adorar al vil metal. Y este barco tiene una tendencia innata a imitar el Titanic. Fíjese, capitán, que en este país donde de todo se hace un chiste o una comedia, ya hay unos "payasos" escribiendo un guión para un documental de esos que lo exasperan a usted. Lo único que pude averiguar es cómo termina: en la quilla del barco, están usted, su hermano y las mil cabezas pensantes con cara de espanto, como en los filmes donde aparecía Frankestein, observando el iceberg gigantesco frente a ustedes y se escucha al fondo: "Adiós, muchachos, compañeros de mi vida, barra querida de aquellos años…" cantado por no sé quién, porque los autores se negaron a irrespetar a Carlitos Gardel.

2 komente:

Melcocha tha...

que miedo!! pensé que me hablaban a mi!!

pues diay, que decir sobre Oscar!! desde el momento en que se brincó a la Constitución para poder gobernar, ya estábamos empezando mal.

María Arias tha...

¡Hola amiga!Impecable prosa de ingenioso sarcasmo. Me imagino como habrás gozado escribiendo tantas ocurrencias sobre el viejo tenebroso, funesto anciano, ese presidente tuyo.Un abrazo, María Arias F