El Regreso a los 40, por Mirta González Suárez
No se trata de la edad sino de la época cuando los patronos llevaban a sus trabajadores y familias a votar en grupo, bien controlados, para que no fueran a apoyar al adversario. Cuando el jefe "convencía" a sus empleados de votar como a él le parecía, porque si no se quedaban sin trabajo. Cuando no se podía contradecir a "los de arriba" porque en ese caso dejaban de recibir lo poco que el gobierno ofrecía. Cuando el chorreo de votos era lo usual y hasta los muertos eran democráticos y también iban a votar. Cuando los periódicos seguían la línea oficial y eran de propaganda en lugar de informativos. Cuando el horario de trabajo dependía de lo que decía la empresa y no la ley. Cuando no existían horas extras ni Código de Trabajo. Cuando las bananeras pagaban con tiquetes que se debían gastar en el comisariato, con precios muy altos.
Era la a época de las "repúblicas bananeras" en las que el gobierno de Estados Unidos les daba órdenes a los presidentes centroamericanos.
Para el pueblo la relación con los políticos era: "Yo controlo y decido y ustedes hacen caso, que para eso están abajo". "Si hacen lo que les digo entonces les daré algunas cosas, caso contrario recibirán el castigo".
Muchos años y esfuerzos costó ir cambiando esta forma despótica y cruel de concebir la democracia y con mucho esfuerzo construimos instituciones ante las cuales no teníamos que ser de "un partido" para que nos atendieran o nos dieran un bono: la CCSS, el INS, el ICE, el INVU… Y de a poquitos también nos las han ido quitando para dejar las puertas abiertas al comercio y la competencia.
¿Se acuerdan de los estancos? Ahí estaba la comidita subvencionada por el Estado y buenas filas se hacían para comprar más barato, hasta que ya no hubo que quejarse más por la espera porque los cerraron por ser competencia para los supermercados. Y ni novenario les hicimos. También Lacsa perdió la bandera de Costa Rica, porque como tenía ganancias el gobierno pensó que era buen negocio venderla a una transnacional. Y después se terminó la nacionalización bancaria, fruto del gobierno de Don Pepe, y ahora hay muchos bancos extranjeros que nos enseñan a hablar, porque ni siquiera sabemos pronunciar el nombre del Escuecha Bank o del H No Sé Qué.
Como consecuencia se acabó la banca de desarrollo y nuestros bancos debieron competir en lugar de ayudar al agro y por eso tuvieron que cambiar de nombre y llamarle Bancrédito porque ya no da crédito barato a los agricultores y el Banco Nacional terminó llamándose BN, y el de Costa Rica BCR, para que nos olvidemos que son del pueblo. Igual sobrevivieron, nos dicen, solo que ahora la ganancia de los bancos extranjeros va para un señor desconocido que disfruta los dólares en su yate en Miami y no es para Estado, que tiene cada vez menos dinero para las escuelas, hospitales, casitas…
Hace poco salió la noticia que en Argentina un candidato puso un anuncio: "Vote por mí y gánese un carro nuevo".
Era su forma de ganar votos y seguro en Zapote ya estarán incluyendo la idea en el memorándum de las próximas elecciones.
Tal vez esta sea la única idea moderna, porque para el resto bastó con volver a los 40: a la "democracia" de amenazas, de miedo, de presiones , de ofertas "doy este bono si vota por mí", de reglas que solo se aplican a los que no están en el gobierno, como la tregua, y encima no hay quien vigile la igualdad ni le importa, porque las instituciones de control miran para el otro lado. En fin: el simulacro de democracia de las repúblicas bananeras. Parece mentira que con tanta tecnología nos subieron en una nave del tiempo y en un domingo 7 nos regresaron a los años 40.
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