Testimonio, por Priscila Gamboa

Hoy (lunes) me desperté, y estaba lloviendo.... lo primero que vino a mi mente fue que el cielo estaba llorando, al igual que el corazón de mi amada Costa Rica, al igual que mi corazón… llorando en un luto cuyo único consuelo es saber que los miles de costarricenses que dijimos NO, lo hicimos por convicción, por amor, por solidaridad, y no por miedo.



Me he sentido triste desde anoche, por todo lo que está pasando, por todo lo que pasó y va a seguir pasando, me siento triste e indignada, por la enorme manipulación que vivió Costa Rica durante estos últimos días, esa manipulación engendrada por el gobierno y apoyada con todo su peso por los medios de comunicación masivos, que irrespetaron los días de tregua a vista y paciencia del tribunal. Creo, mejor dicho, estoy segura, que fue gracias a esta campaña de terror, o terrorismo psicológico, que el si obtuvo el triunfo.



Yo creía que anoche sería un día de fiesta, de celebración, imaginaba las calles de Costa Rica, abarrotadas de carros con banderas, pitando y gritando eufóricos, con gente alegre, entusiasta… pero no fue así, pocos fueron a celebrar, no hubo largas caravanas, porque a los carros del si, no les pagaron para celebrar en caravana, solo para votar… celebrar no era parte del contrato, con sólo que ganara el si era suficiente para conservar sus empleos, no les pidieron sus capataces que salieran a celebrar… se les fue ese pequeño detalle para "demostrar" que todos votaron con el corazón y "sin amenazas" como dijo arias en su patético discurso.



Ayer, mientras trabajaba en la escuela de Lourdes de Agua Caliente de Cartago, alguien me preguntó ¿Cuánto les pagan a ustedes por estar aquí?... me quedé pasmada por un segundo, porque no le veía sentido a la pregunta…. Los que votamos por el NO, lo hicimos sin miedo, nadie nos obligó, nadie nos pagó… mas bien tuvimos que dar de nuestra plata para sacar fotocopias, para pagar los toldos, para pagar los "sanguchitos" de mortadela y el arroz con pollo del almuerzo… los carros del transporte fueron ofrecidos por voluntarios, a los que no les pagaron 50 000 colones, como a los del si. A nosotros nadie nos compró.



En esa misma escuela, estaba una amiga mía, trabajando para los del sí, ella estaba en los de transporte, con su respectiva camiseta que decía "transporte", y como a las 2 pm me preguntó "¿desde que hora estás aquí?", "desde las 5:30am"… "y te vas a quedar todo el día!!?" "por supuesto, hasta que entreguen las copias de las actas, tengo que llevarlas a la casa del No, en Cartago" "está loca" … ella no podía creerlo, nadie trabaja tanto rato de gratis… "¿y vos por que estás con el si?" "porque me dio miedillo eso de que la gente de Intel se iba a quedar sin trabajo " … mi amigo tavo, que estaba conversando con nosotras, le dijo " no puedo creerlo, te dejaste llevar por la campaña del miedo"… ella, una mujer inteligente, profesional graduada de la UCR fue víctima del miedo… me imagino lo que pasaría con toda esa gente que no tiene más educación que la primaria, esa gente que trabaja en parque industriales, o en maquilas donde les dieron la carta de despido antes del domingo, y les dijeron que los contrataban de nuevo si ganaba el SI… esa gente que votó por el si, pero no celebró, porque no tenía nada que celebrar.



Ahora sólo queda luchar para que las leyes de implementación no sean aprobadas, es el último recurso que nos queda. No nos demos por vencidos, perdimos una gran batalla, pero no la guerra… tenemos un enemigo muy poderoso para vencer, se llama MIEDO…. Luchemos juntos para derrotarlo.