10.8.07

Juguemos a perder: el gobierno invita, por Alicia Pifarré.


La cosa es así: se sientan a la mesa representantes de dos o más países; un país pone las reglas y los demás aceptan; se redactan un montón de cláusulas en lenguaje oscuro (la tinta es muy muy negra) que nadie entiende; todos firman apurados y empieza el juego.

Les cuento que en la maratón de los TLC, Costa Rica va perdiendo en casi todas las competencias. Nuestra balanza comercial, que "pesa" lo que compramos y lo que vendemos (los entendidos le llaman importación y exportación), y marca cómo nos va en el juego, ha sido
obstinadamente NEGATIVA desde el puritico principio. Pero los gobiernos siguen firmando tratados, es decir, siguen invitando al juego. Está raro ¿no?

A ver si me explico mejor con números. Pongan atención.

El Tratado de Libre Comercio con México (1º de enero del 1995) nos ha deparado 11 años de balanza comercial NEGATIVA. Empezamos perdiendo $163,7 millones de dólares (1995); después, para el 2000, perdimos $293,2 millones de dólares y en el 2006 llegamos a perder $413,9 millones de dólares. Ganar nunca, a eso no se juega.

Como "millones de dólares" repetido tantas veces aburre, de ahora en adelante sólo pongo los numeritos. Se entiende que siempre son millones de dólares (como en el fútbol, que no se necesita decir "goles" para entender los números ¿no?). Sigamos.

Con Canadá venimos perdiendo desde 1995 también ($11,6 ese año), pero cuando firmamos el Tratado (23 de abril del 2001) aumentamos la pérdida y llegamos a $42,7; después, en el 2004, batimos récord: compramos $82,7 y vendimos apenas $33,3 o sea que perdimos $49,4; el año pasado (2006) mejoramos un poco y solo perdimos $17,5. Para que sepan, les cuento que en 1998 quebramos la regla y ganamos $3,7 millones, (aquí sí puse "millones", para festejar) todo un éxito; pero nos sacaron tarjeta amarilla y empezamos a perder mucho más que antes, sin parar.

Con Chile nos va feo desde 1996; para el 2000 ya nos iba espantoso: ese año perdimos $47,9; entonces firmamos Tratado (15 de febrero del 2002) y nos fue peor, ese mismo año perdimos $71,2 como corresponde; para el 2006 avanzamos escandalosamente en reversa y perdimos $202,4. ¿Qué tal?

Con Estados Unidos no tenemos TLC, todavía, pero igual perdemos. En 1995 nos ganaron por $749,3; para el 2002 llegamos a un saldo negativo de $1.149,1; en el 2006 la cuenta en rojo subió a $1.389,7 (aproximadamente 721.254,3 millones de colones al cambio de hoy). Cuando tengamos TLC ¿hasta dónde irá?

Con Centroamérica (no incluye Belice y Panamá) tenemos Tratado desde 1963 y nos va de lo más bien. Es decir, jugamos a otro juego. Desde 1995 hasta el 2006, hemos ganado todos los años, cada vez más. En el 2006, la balanza comercial fue positiva en $703,8. Una belleza. Pero
ellos ya celebraron (¿se podrá decir así?) el TLC con Estados Unidos, y han perdido bastante en el primer año (salvo Nicaragua, donde los salarios son tan bajos que tienen que venir para acá a trabajar) Y bueno, hay juegos más peligrosos que otros.

Viéndolo bien, eso de que les llamemos "socios comerciales" a los países con los que siempre perdemos no lo entiendo. Debe ser que algunos, en Costa Rica, no pierden nunca. ¿Ustedes saben quiénes son?

En este juego de perder hay algo raro, porque el gobierno invita pero el pueblo paga. Me parece un juego medio tonto. Una de dos: o cambiamos las reglas o nos buscamos otros socios. ¿Qué les parece?

Y otra cosa, nos piden que "creamos" que los TLC son buenos para el país. Yo creo en Dios, porque Él me ha concedido esa gracia y me dio libertad para aceptarla. En lo demás, trato de "conocer" y para eso necesito datos, información, no solicitudes de apoyo incondicional a
la autoridad. ¿Ustedes?


PD: si quieren ver gráficos de colores y TODOS los números desde 1995
hasta 2006 pueden ingresar a Procomer y a Banco Central ,
que son las páginas de Internet donde el gobierno informa cómo vamos
en el juego.
Allí buscan estadísticas; hay para entretenerse un buen
rato.

1 koment:

Dinia Solano tha...

Me gustó mucho, muy claro, como para distribuirlo entre más gente.