El sepulcro de Don Quijote, por Ana Cristina Fernández V.
4 de julio 2007
A todas las personas que hoy luchamos por un sueño en común:
Devolverle a Costa Rica su camino.
Ayer me entristecí con las noticias que escuché: la decisión de los Magistrados de la Sala Cuarta en relación a la constitucionalidad del Tratado de Libre Comercio. Pero sin embargo, resonaron en mí las palabras de Miguel de Unamuno, que hoy quiero compartir con ustedes, pues hoy más que nunca debemos llevarlas en nuestros corazones:
El Sepulcro de don Quijote
“¿No crees, mi amigo, que hay por ahí muchas almas solitarias a las que el corazón les pide alguna barbaridad? Ve pues, a ver si logras juntarlas y formar un escuadrón con ellas y ponernos todos en marcha a rescatar el sepulcro de Don Quijote, que, gracias a Dios, no sabemos dónde está. Ya nos lo dirá la estrella refulgente y sonora.
¿Y no será que creyendo, al ponernos en marcha, caminar por campos y tierras, estemos dando vueltas en torno al mismo sitio?
Entonces la estrella estará fija, quieta sobre nuestras cabezas y el sepulcro en nosotros. Y entonces la estrella caerá, pero caerá para venir a enterrarse en nuestras almas. Y nuestras almas se convertirán en luz, y, fundidas todas en la estrella refulgente y sonora subirá ésta, más refulgente aún, convertida en un sol, en un sol de eterna melodía, a alumbrar el cielo de la patria redimida.
Sigue a la estrella. Y haz como el Caballero: endereza el entuerto que se te ponga adelante. Ahora lo de ahora y aquí lo de aquí.
¿Qué vamos a hacer en el camino mientras marchamos?
¡Luchar!
Luchar y ¿cómo?
¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente?, gritadle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritadles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!”.
Sí, adelante siempre. No importa lo que encontremos en el camino, si tenemos a esa estrella enterrada en nuestras almas. Adelante, adelante siempre.
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