! A la nave que sopla el viento! , por Dorelia Barahora

No tengan miedo, ticos, ticas, apúntense a hacer de este espacio vacío, lleno de energía y ganas, que ha dejado la buena educación del referéndum en muchos ciudadanos, un espacio para ustedes, para el pueblo, para la ciudadanía que vive y utiliza los servicios que ha forjado el estado costarricense todos estos años, para la ciudadanía que no necesita vidrios polarizados ni gritos ni garrotes, como muchos provocadores desearían, porque saben que la Asamblea Legislativa es de todos, (sus patios internos siguen siendo bonitos a pesar de las cucarachas) y los diputados aún más, como el mismo territorio en el que han trabajado, producido y cuidado.

…

Para la ciudadanía que ya observó el despropósito y el desbalance, entre un estado pequeñito y una empresa privada gigante, entre un pacto de Gulliver con Liliput, (ahora China con sus dragones necesitados de petróleo se incluyen en la salsa brava).



Para la ciudadanía que ya no quiere ir al estadio a que le tiren orines, que ya no quiere ser engañada con informaciones tergiversadas y que ya no cree en las viejas tretas, que no quiere seguir viendo las calles con huecos e indigentes, y sobre estos conductores ebrios de frustración con su propio destino y vanidad. Conductores de un destino que no existe ya tampoco para sus víctimas. Ya no más cacareos de viejos hacendados convenciendo al gallinero con dádivas falsas. Ya no más novelas de pobrecitos y pobrecitas. El silencio del sitio de las abras quedó atrás hace mucho.



No tengan miedo, ticos, ticas, jóvenes, anímense, aprópiense de este momento histórico y propongan, utilicen las instancias adecuadas, que para eso están, organícense en comités, en partidos nuevos, en grupos de estudios, en movimientos, en semillas futuras que tejan identidad. Es el momento. La tierra está ahí con un cambio de generación a las puertas de la nueva cosecha. No tengan miedo, no es cierto eso de que hay que ser millonario para lograr algo en la vida pública de un país. Aprovechen los vientos a favor inscríbanse, inclúyanse y suelten las amarras de las naves. La odisea esta empezando.