Carta al periódico La Nación, por Saray Córdoba
Estimados señores: El día 16 de octubre del año en curso, envié el siguiente mensaje al Sr. Armando Mayorga. No obstante, de él no he recibido un acuse ni tampoco una respuesta a mi solicitud, incluyendo la suspensión del envío del periódico.
Sr. Armando Mayorga
Director
Periódico La Nación
S.O.
Estimados señores:
He sido suscriptora y lectora de La Nación durante muchos años y en cierta forma, admiradora de la calidad periodística de ese medio. He creído que un suplemento como Ancora es muy valioso, por la calidad de sus artículos y que en general, su contenido es el de un diario de primera línea en la región latinoamericana. Por ello, tengo pagada la suscripción hasta el 31 de enero del 2008.
No obstante, ante la situación vivida en nuestro país en una primera experiencia democrática, como es el referendo recién pasado, La Nación se expresó como el medio más parcial y favorecedor al Tratado de Libre Comercio. Sin pudor ni tapujos, día a día vimos y leímos información, cartas, artículos y noticias que propiciaban el apoyo sin ambages a tal tratado.
Estuve fuera del país la semana cercana al referendo, no viví directamente la peor arremetida de ese diario ante el apoyo mayoritario al NO de la población costarricense, en esos días, pero he tenido por costumbre revisar diariamente el periódico y aún por medio de su edición digital, pude constatar cómo se fue tejiendo la trama de la desvergüenza periodística hasta configurar un fraude mediático, bajo el auspicio del Gobierno nacional, de los empresarios y del gobierno de los Estados Unidos.
Todo ello me ha colmado, he abierto los ojos y visto que un diario no puede tener calidad en su información si no ofrece la misma oportunidad a ambos bandos para que se expresen por su medio. Menos aún, si orquesta una campaña tan vil y mentirosa como lo hizo en esta ocasión, para valerse del miedo y con ello convencer con argumentos falaces a muchas personas honestas, ingenuas y dignas de respeto, que por su credulidad y sencillez creen que todos tienen la bondad y buena fe que ustedes dicen tener. Por ejemplo, en el editorial del día 5 de octubre La Nación dice: " Ante la declaración del Gobierno de EE. UU. sobre la no renegociación del TLC y la inseguridad de la ICC no caben poses ni pretextos...". Sin embargo, ambas condiciones no fueron probadas, por ninguno de los dos gobiernos; más bien, en la prensa extranjera quedó claro que la participación a última hora de la Sra. Susan Schawb fue desmentida, pero ustedes no publicaron nada para rectificar la noticia.
Aprendí desde pequeña, en el colegio de monjas donde estudié once años, que el conocimiento y la racionalidad deben orientar nuestras decisiones; pues no debemos dejarnos llevar por lo que otros hacen y mucho menos, seguir ciegamente a las personas sin preguntarnos porqué. En esta ocasión, he meditado fríamente qué hacer, pues me he sentido defraudada y manipulada, y aunque no soy un personaje nacional, que quiera o pretenda influir en las decisiones de otros, creo necesario como ciudadana y otrora creyente de las bondades de La Nación, comunicarles mi decisión a renunciar a la lectura y consecuente suscripción, aunque esta no haya vencido.
Así, estaré tranquila con mi conciencia y podré mostrarle a mis hijas el valor de la dignidad y el decoro que debemos tener los costarricenses ante el irrespeto a la inteligencia y la buena fe que todos en ciertos momentos ponemos en manos ajenas.
Le pido por favor, que suspendan el envío diario a mi casa.
Muchas gracias,
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