4.7.07

Mujeres de Blanco, por Flora Fernández




Las mujeres de blanco no nos desanimamos ante la adversidad;
no claudicamos ante los errores ajenos ni ante los propios;
somos fuertes aunque parezcamos frágiles;
somos firmes y nada nos quebranta.

Las mujeres de blanco hemos elegido el Monumento Nacional
por ser el símbolo de la primera lucha contra los filibusteros.
Entonces, cinco hermanas le exigieron a Walker que se fuera,
ahora seremos mil y muchas más mujeres de blanco
las que exigiremos a quienes no honran sus altos cargos
que los abandonen.

Todo funcionario público está obligado a
cumplir fielmente con la Constitución,
Así lo juraron
¡Estamos en derecho de exigirlo!
Los magistrados y las autoridades electorales le deben
lealtad a la Patria y apego absoluto a la Constitución.

La rectitud y fidelidad al mandato del pueblo debe ser su principio moral.
Ahora no son capaces de honrar su cargo,
por lo tanto exigimos que se vayan como lo hizo Walker:
tapándose el rostro.

Caminamos en silencio. En silencio vibrante y elocuente
tomadas de las manos en señal de unión indisoluble
con la mirada altiva porque no arrastramos vergüenzas
y más bien hacemos bajar la mirada
a quienes traicionaron a la patria y se esconden.

Nada ni nadie nos hará desistir,
porque estamos hechas de tierra de nuestras montañas,
de rocío de nuestros bosques,
mezclado con fuego de volcanes
y del aire que sopla libre.

Muchas prefieren vestir de negro, porque sienten luto por la patria,
otras de blanco con un lazo negro y muchas de colores
Da igual, porque no es la vestimenta la que exhibe
lo que es el honor y la indignación.

Unidas con más fuerza que nunca,
lucharemos por un país que está dividido por la codicia;
haremos lo que sea por integrar a quienes son excluidos;
cuidaremos la patria desangrada
hasta restaurarla de las heridas causadas
por la prepotencia y la arrogancia de quienes se sienten sus dueños.

Las mujeres de blanco ante la mancillada Sala Constitucional,
en un acto muy breve pero de gran fortaleza y simbolismo,
reconocemos a dos magistrados valientes y honestos
que son luces que alumbran cuando todo se pone oscuro.

Las mujeres costaricenses nos avergonzamos
ante una mujer débil que cedió a la presión
y venimos con la conciencia lúcida
a decirle a los cinco magistrados que deben irse.

Sabemos que no tienen ni el valor ni la entereza moral para hacerlo.
Sólo valen en función de la obediencia que ostentan.

Las mujeres de blanco no tenemos miedo,
el miedo no es nuestro consejero.
Somos libres y sólo respondemos a nuestra conciencia
y al amor en todas sus expresiones:

Maternalmente amamos a nuestros niños y jóvenes
a los hombres honestos y trabajadores que nos acompañan
y sobre todo a los hijos de las futuras generaciones
que merecen heredar como nosotras
una patria libre y soberana.


1 koment:

Ameyal tha...

Las mujeres de blanco también estamos en las oficinas públicas, en las empresas privadas, en las casas, en las fábricas, en los hospitales y en todos los rincones del país.

Las mujeres de blanco algunas veces, con su voz oprimida por la carga que les impone la sociedad, no pueden manifestarse físicamente, pero su corazón dice NO.

Muchas mujeres de blanco les estaremos acompañando desde el lugar en que la vida nos tenga en este día.

Allá estaremos con ustedes... con todo nuestro corazón diciendo NO, NO y NO.